domingo, 23 de noviembre de 2008

SÚPER

Atrincherado entre las tapas de mi querido diccionario, oigo silbar a diestro y siniestro expresiones de este pelaje: "Esto es superdifícil", "Estaba superbien", "Son superbaratos", "Es superfuerte", "Estoy superagusto", "Música superguay", etcétera. Aterrado por el superávit de superfluas y superficiales pijo-expresiones, temo por mi supervivencia verbal. Tengo pesadillas; el acoso es tal, que anoche soñé que pedía para mi coche gasolina súper, teniendo un diesel. La verdad despierta es que no tengo ni coche. Mi psicoanalista me ha aconsejado que empiece por llamarle al supermercado "hiper". No quiero cruzar los dedos, no vaya a ser que me convierta en un ser supersticioso.-

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